Ahora sí, parece que el verano acaba. Después del intenso calor de este verano, nos han llegado las primeras lluvias para recordarnos que pronto diremos adios verano.
Un verano que hemos vivido y disfrutado muy intensamente con momentos llenos de amor y que ha estado cargado de novedades y nuevas sensaciones.
Ha sido un verano para recordar, el verano en que Iris se ha convertido en un lorito, de solo decir las últimas sílabas de las palabras a repetir todo lo que le decimos y en el que ha comenzado a unir 2 o 3 palabras en una frase y ha empezado a dibujar cosas reconocibles, sus dibujos preferidos, campanas, setas, caracoles y soles. Ha aprendido muchas cosas nuevas, a hacer todo el recorrido de los laberintos de juegos de Mcdonals, a encontrar el tobogán en las plantas de arriba de los parques de bolas, a jugar al pilla-pilla, a dar mil volteretas en las colchonetas…
Este verano nos hemos lanzado por los toboganes de los parques acuáticos, hemos dado de comer a tortugas y pájaros, tirado piedras al río, y nos hemos bañado en el río que tantos recuerdos me traen de mi niñez, recorriendo un tramo de sus frías aguas corriente abajo con la sensación de bienestar que produce. Por supuesto, hemos disfrutado de la playa, sobretodo a última hora de la tarde que es cuando más nos gusta ir, a esas horas en las que ya no hay aglomeraciones, en las que el sol ya no quema pero que el agua está a la temperatura ideal. Como en los veranos de mi adolescencia hemos disfrutado de una fiesta de espuma y lo pasamos en grande.
El verano en el que Iris ha lucido sus primeras trenzas de raíz, se ha pintado por primera vez las uñas y labios, ha paseado en la silleta a su muñeca Chuka por montones de calles, solventando escalones y bajando cuestas súper empinadas con el carrito perfectamente, ha masticado su primer trocito de chicle, comido sus primeras golosinas y polos y cantado sin cesar la canción que para nosotros se ha convertido en nuestra canción del verano pero que para muchos, es la canción de tantos y tantos veranos… “la barbacoa” cómo no podía ser otra, pero cantada con una gracia que no se puede pedir mas 🙂
Ha sido un verano irrepetible en el que hemos disfrutado también de nuestra familia, en el que incluso la vuelta a casa ha estado cargada momentos únicos, cuando Iris llegó y vio todas sus cosas, su cara de alegría fue inolvidable, a la misma vez que decía “asaaaa” (casa) alargando la palabra con una satisfacción que me colmó de felicidad.
Pero ahora, el verano acaba y poco a poco toca volver de nuevo la rutina y empezar una nueva etapa, que comienza con el inicio de Iris en el cole, una nueva etapa en la que sin duda Iris no dejará de sorprendernos 😉
Ayyyyyyy qué nostalgia me da!!! Lo que da de sí el verano para lo corto que es y la de experiencias que nos aporta. Sobre todo con los niños, crecen tan rápido…de un día para otro!!! Qué pena que se acabe.
Besossssssssss
Que penita nos da tener que decir adiós al verano!!!
Un besoooo.
Qué bonito disfrutar tan intensamente esta etapa tan bonita en que cada día es un descubrimiento de novedades para Iris y para vosotros que no dejáis de sorprenderos cómo aprende de rápido!! Las imágenes lo dicen todo, se os ve felices!!
Un besito!
Que bonito, para ellos esos primeros veranos de descubrimientos son fantásticos, y para nosotros también. Y ahora comienza una nueva etapa, que como dices seguro que te sorprendes…
¡Qué mayor se ve Iris! ,como se cuelga del tobogán ,jaja.
En esos años que aprenden tanto y tan rápido ,ya verás como se te pasa volando.
Un abrazo!!
Que fotos tan bonitas,el verano es una epoca genial para disfrutar con ellos,que pena que se acabe…ahora otra etapa y a esperar a el siguiente jeje
Besos